Al mismo tiempo, la acusación sostiene que Pertsev era consciente de los millones y, en definitiva, miles de millones de dólares en criptomonedas robadas que circulaban a través de Tornado Cash, que alcanzó su punto máximo en la primavera de 2022, y no se inmutó por ello. Argumentan que Pertsev siguió manteniendo y desarrollando partes del sistema, como su interfaz centralizada, incluso cuando el servicio se usó para lavar los fondos procedentes de 36 robos de criptomonedas distintos, muchos de los cuales, según los fiscales, él y sus cofundadores discutieron en sus comunicaciones. Entretanto, también obtuvo enormes ganancias, en parte gracias a la emisión por parte de Tornado Cash de su propia criptomoneda, con lo que acabó obteniendo más de 15 millones de dólares y comprándose un Porsche.
Cuando unos hackers norcoreanos robaron más de 600 millones de dólares del juego basado en blockchain Axie Infinity en marzo de 2022, el cofundador de Tornado Cash, Semenov, escribió angustiado a Pertsev y Storm que “el maldito desastre está a punto de empezar”, tal vez temiendo que su servicio fuera utilizado por los autores de ese atraco masivo, como ya lo había sido en más de una docena de otros. Pertsev intervino 10 minutos más tarde, diciendo que “me enteré después de 5 días”, en aparente alusión al tiempo que tardó Axie Infinity en descubrir el robo. Efectivamente, menos de una semana después, cientos de millones de dólares en fondos robados a Axie Infinity empezaron a llegar a Tornado Cash.
Los fiscales han señalado el “lol [laughing out loud; expresión de risa]” en el mensaje de Pertsev como un indicador de su despreocupación por las víctimas cuyos fondos, argumentan, estaba ayudando a lavar. Su defensa contestó que solo expresaba sorpresa.
Ese mismo mes, tal vez en respuesta a la creciente atención prestada por los delincuentes al uso de Tornado Cash, Pertsev y sus cofundadores implementaron una herramienta gratuita de la firma de análisis de blockchains Chainalysis que bloqueaba las transacciones desde direcciones Bitcoin sancionadas a través de su interfaz web. La fiscalía destacó que esta era fácil de eludir, pues los hackers pudieron simplemente trasladar sus monedas robadas a una dirección diferente antes de enviarlas a Tornado Cash, y describió el esfuerzo como “insuficiente y tardío”.
En su declaración ante el tribunal, los fiscales de los Países Bajos sugieren una solución diferente, si Pertsev se hubiera preocupado de verdad de que Tornado Cash fuera explotado por los delincuentes. “¿Cuál era la opción más sencilla? Desconectar la interfaz de usuario y dejar de promoverla. Simple y llanamente”, escriben, “dejar de ofrecer el servicio”.
En la conclusión de esa misma declaración ante el tribunal, señalan que, según la legislación holandesa, la pena máxima de prisión por lavado de dinero a la escala que supuestamente cometió Pertsev es de ocho años, y piden que este sea condenado a cinco años y cuatro meses si es declarado culpable.
El uso (y caos) de Tornado Cash continúa
Los defensores de las criptomonedas centrados en la privacidad y las libertades civiles seguirán de cerca el resultado del caso de Pertsev, que muchos ven como un indicador del modo en que las fuerzas de seguridad y los organismos reguladores de Occidente trazarán la línea divisoria entre la privacidad financiera y el lavado de dinero, incluso en algunos casos inmediatos que se producirán a continuación.
Es más probable que el juicio de Storm de Tornado Cash en un tribunal de Nueva York a finales de este año, así como la acusación en Estados Unidos el mes pasado de los fundadores de Samourai Wallet, que según los fiscales ofrecía propiedades de privacidad similares a las de Tornado Cash, sienten directamente precedentes en la legislación estadounidense. Pero el caso de Pertsev quizá sugiera la dirección que tomarán esos casos, comenta Alex Gladstein, director de estrategia de la Human Rights Foundation y defensor del uso de bitcoin como una herramienta de derechos humanos.